El granaino nace o se hace (?).

El otro día me asaltó la duda, pero la duda metódica que es la peor duda que te puede asaltar.
Alguno de ustedes ya habrá dicho aquello de "está mal escrito, es granadino"; pues lo siento pero no. Es granaino y no granadino, porque para mi que son términos diferentes.
El granadino según el diccionario de la Real Academia de la Lengua es el natural de la ciudad de Granada, pero el granaino es el que ejerce de eso, de granaino; se podría decir que es una manera de ser, puesto que no creo que sea necesario ser granadino para ejercer de granaino, de ahí el título de este escrito.
Podríamos comenzar acotando un poco el área de localización del granaino, y podría decirse que aunque en tiempos fue practicamente el triángulo formado por Plaza Nueva, la Plaza Bibarrambla (en granadino Bib-rambla) y Puertaral (en Granadino o casi mejor en castellano la Plaza de Puerta Real de España). El problema es que en su pretensión de expandirse por el ancho mundo granadino el granaino ha alcanzado cotas hasta hace unas décadas desconocidas. Así, por ejemplo, el granaino hasta no hace demasiado tiempo nacía fuera de ese entorno en que lo hemos localizado; de hecho casi nacía en el vecino pueblo de Maracena (que en chino mandarín quiere decir indigestión nocturna, pronunciandose malacena). Ese sería un factor determinante para decir que antiguamente el granaino se hacía, ya que luego era trasplantado del centro sanitario conocido como Maternidad al centro neurálgico del granainismo, donde era adiestrado en esa manera de ser. La distancia que existía entre el centro neurálgico del granainismo, la salvaron los granadinos a base de colocar ladrillos, cosa que se les da bastante bien y que el granadino llama Construcción, y que es la principal actividad económica de estas gentes.
Otra cuestión es cuando se convierte el granadino en granaino. La respuesta a esa pregunta es sencilla, el granadino se convierte en granaino cuando demuestra esa manera de ser y expresarse que llaman los estudiosos "mala folla granaina". En cuanto a como y cuando sucede este cambio poco se puede precisar, ya que no hay un periodo de adiestramiento preciso, a lo largo del cual el individuo en cuestión de muestras de lo que se avecina. Lo que si se puede tener en cuenta es que hay fechas en el calendario granaino proclives a que se de en esos días el fenómeno de la metamorfosis de granadino a granaino. Algunas de esas fechas son el segundo día del año, fiesta local en la ciudad, y en la que se celebra la toma por parte de la "mala folla granaina" de los Reyes Católicos, a los cuales después de convertirse al granainismo no se les ocurrió otra cosa que expulsar a los moros que habitaban sobre todo la ciudad vieja, puesto que no había otra entonces.
Otra fecha en la que observar el fenómeno es el día de la Cruz. Ese día el granaino se dedica a criticar el trabajo efectuado por los participantes en el concurso anual de cruces; como el granaino criticón no participa en el concurso, el que si participa se defiende amenazando con cortarle la lengua al criticón. Esa amenaza es el alma de la fiesta, ya que en un rincón, lo más discreto posible el criticado colocará una manzana de buen tamaño llamada "pero", atravesada por unas tijeras de notable tamaño; siendo una manera un tanto mafiosa de avisar al criticón. No obstante los foráneos no deben temer nada, ya que cuando el forastero ve la fruta martirizada por la tijera siempre pregunta que eso que es, y siempre habrá un granaino, tanto criticón como participante en el concurso que le explicará el porque. El forastero lo entenderá perfectamente, pero a partir de ahí se limitará a elogiar todas las cruces que vea a lo largo del día. Por eso debe ser que las cruces de Granada son tan elogiadas.
Y después de esta fecha tenemos el culmen de la exaltación de la mala folla y el graninismo, que el granaino celebra al final de la primavera; se trata de la Feria del Corpus. El máximo de dicha semana de feria tiene lugar el miércoles por la mañana, en el que procesiona la figura de la Tarasca, personaje de extraña relación para con Granada pero muy asumido por el granaino. Se trata de un maniquí que sabe dios cuando mató a un Dragón, cosa harto difícil en Granada, más que nada porque no hay constancia de que aquí hubiera dragones. La cuestión es que a este maniquí se le disfraza, bueno dicen que lo visten, con lo que será la moda de la temporada que se avecina. Sobre este maniquí circula por la ciudad una frase o dicho que es una de las evidencias de la "mala folla", que es la siguiente: "va hecha una tarasca", frase que se aplicará a cualquier mujer que vaya vestida de manera llamativa y extravagante. No obstante aprovecho para reivindicar que la Tarasca granaina sea declarada la primera top model de la historia de la humanidad, ya que desde siempre lo que a ella le han puesto no ha habido mujer capaz de ponérselo.
Y bueno después de las fiestas del Corpus el granaino ya se encuentra en el verano y entonces se va de vacaciones. El granadino también se va de vacaciones, pero normalmente estas dos personalidades existentes en la ciudad no suelen coincidir en el modo de disfrutar las vacaciones. Así el granadino se irá de vacaciones al pueblo de los padres o los abuelos, ya que suele ser una persona que cuida la economía personal; mientras que el granaino pasará las vacaciones en un apartamento en Almuñecar, lugar de la costa que sufre la invasión de los granainos que llegan hasta allí todos los veranos con todo lo que van a consumir durante el periodo que estén vacacionando en esa localidad, y volverán quejándose de que no se podía salir a dar una vuelta porque Almuñecar estaba llena de granainos. Porque además un hecho que distingue a los granainos es que entre ellos todos se reconocen.
Y bueno espero haberles aclarado en algo el modo de ser de estos especimenes del sur de España, que merecen ser cada vez más y mejor conocidos por lo que en si mismo ellos representan.

Fdo. Toñico
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